No puedo
dormir a pesar que estoy muy cansada. No logro quitarle esa sensación del pecho. Duele hace
mucho. Seamos sinceras, no son 8736 horas, en realidad podría retroceder más de
17472 y ya estaba ahí. Miento y vuelvo a mentir, tiene mucho mucho más, por eso
es tan difícil de sacar o de olvidar, y trato de entenderla mientras la miro de
reojo y le repito que sea fuerte, que es solo parte del proceso.
Recaídas le
dicen, ¿será? No, esta vez YO soy más fuerte, no habrá bloqueos, ni berrinches
de último minuto, ni invasiones de privacidad o mensajes de madrugada. Esta vez
solo somos, su blog, ella y yo. Regreso aquí, el único lugar seguro para ella, sus ideas, sueños, miedos y tristezas. Si no la
dejo gritar y desfogarse un rato, no me dejará dormir, así que casi soy yo quien
la trae a rastras a este lugar, implorando que se canse de escribir y divagar
para que finalmente entienda que debe dormir; que es solo un día más, que debe
seguir como siempre, como prometió que lo haría.
Se sienta frente al Word y se
queda en blanco, siento en mi interior el torbellino de cosas que quiere escribir,
pero logro hacerla entender que ya no tiene sentido. No digo nada, pero quiero gritarle muy fuerte ¡Vamos
reacciona! , ya caminaste bastante, ¿porque regresas la mirada hacia atrás?
La
madrugada avanza y ella sigue sin escribir o querer siquiera intentar dormir,
sus demonios asoman, la rodean, la engañan y torturan. Basta!!! Grito mientras lucho
con ellos. Tranquila, no me cansaré de repetirlo, tranquila, todo estará bien,
YO te cuidaré. La miro a los ojos y le repito por millonésima vez que todo
estará bien. Ella solo repite esa canción, la repite tanto que supongo no le
molestará que la deje al final de este remedo de post.
Pttt 1
Cuando leas
esto, espero me disculpes pero no querías escribir, y pienso que algún día esto
te servirá, para tomar fuerzas, para volar o siquiera para burlarte de mí y lo
mal que escribo.
Pttt 2 Esta es la canción que no dejabas de oír
.
Sé que te vas, que ya no te importa si me quedo atrás...
Sé que te vas, que el llanto en mis ojos no te detendrá...